para identificarle como el Santo de Dios. Su enseñanza era único, pues aún sus enemigos decían “nunca ha hablado un hombre así” (Juan 7:46). Y ¿qué de su vida perfecta? Había vivido ante los hombres una vida que jamás se había vivido sobre la tierra. Hizo sólo el bien. No había nada de vanagloria ni de contienda en El. Su vida fue una de sacrificio de principio a fin. Su vida fue una vida de entera consagración a Dios. Su vida fue aprobada por el cielo y por la voz de Dios Padre quien dijo “este
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